Add parallel Print Page Options

No esperes que vivan mucho tiempo,
ni creas que tendrán un buen fin;
más vale un hijo obediente
que mil hijos malvados;
más vale morir sin hijos
que tener hijos groseros.

Basta un solo hombre sabio
para que toda una ciudad prospere,
pero una pandilla de bandidos
puede dejarla en ruinas.

El castigo de los pecadores

De todo he visto en la vida,
y cosas peores me han contado.

Read full chapter